jueves, marzo 09, 2006

despertar


Las luces en el cielo de la noche
me dejan anonadada
y luego corro a verlas moverse
mi cuerpo me ordena ¡corre! y mi alma ¡quédate!
mi corazón va a estallar
como mis ojos, en llanto
-si no soy de aquí, he de ser de allá,
y he de partir,
porque ya he recorrido sobre el dolor
más de lo imaginable
y deseo partir antes de llegar
a lo intolerable-
así que cuando se aproximan y ya están sobre mí
quiero levantar mis brazos
y fundirme en su calor
pero no puedo, temo,¡siempre temo!
y huyo, huyo del anhelo,
del anhelo hecho suceso
y despierto
y siento aun el calor en mi pecho
y en mis manos
y el dolor de estar aquí...
de no haber partido...
de estar permaneciendo.