martes, octubre 14, 2008

2.0

Se despierta de un largo sueño cuando se ha ido por ahí, a morir un poco. Creta no se fue ni a dormir, ni a morir un poco. Creta más bien se fue vivir. Se fue a dar una vuelta por el mundo, a nadar con delfines salvajes, a buscar aves en vías de extinción. Creta se fue a visitar muchas islas, a dejar que el sol le caiga sobre el cuerpo desnudo, a solas, entre la arena y el cielo. Y luego tomó un profundo soplo de aire y se hundió en el mar, para buscar peces de colores. Creta tomó muchas fotos, de por ahí y de por más allá. Las guarda en su memoria. En su memoria. Y luego retornó de aquel largo viaje con ganas de seguir viviendo, y seguir regresando a buscar lo que nunca se encuentra. Eso es lo bueno de nunca encontrar ese algo: que siempre puedes seguir buscando.